Detalle de la Obra:
Formó parte del conjunto de doce bustos de emperadores regalados a Felipe II por el Cardenal Montepulciano en 1562. Figura en los inventarios del Alcázar de Madrid de 1600, 1666, 1686 y 1701. Tras el incendio de 1734 pasaría al Palacio Real Nuevo hasta su traslado al Prado.