Detalle de la Obra:
Perteneció al Marqués de Leganés, figurando ya en su inventario de 1637. Pasó a manos de Felipe IV, quien colocó la pintura en el Alcázar de Madrid, donde se registra en los inventarios de 1666, 1686 y 1701 en el Cuarto Bajo de Verano. Tras el incendio de 1734 pasó a decorar el Palacio Real de Madrid hasta su traslado al Prado.